viernes, 16 de marzo de 2012

DESESPERO de Ángeles Asensio





LECTURA de ROSA IGLESIAS





DESESPERO





Tengo una pena prendida del alma
que me atosiga, me daña, me oprime...
es de amargura violenta y extraña,
¡un desconsuelo muy duro y sublime!

Cuanta negrura sembrada en el tiempo
para arrancar de tu amor este mío;
yo que te amé más que a mí, hoy me siento
como despojo que arrojas al río.

Soy esa hembra perdida y sin calma
con una herida tan honda que oprime,
tengo la hoguera que arde sin llama,
si no se apaga... ¿qué hago?, tú dime.

Cuantas ausencias -que ahora ya entiendo-
son la injusticia que avisa al destino,
te derramé tanto amor en el viento
que está de rosas sembrado el camino.

Puedes decir, qué no existe lo nuestro;
-y así olvidar lo que ya hemos vivido-
puedes jurar otra vez que no es cierto,
¡qué no es verdad lo que tú me has querido!

Pero esas noches preñadas de amores
cuando tus labios buscaban los míos,
y tantos nardos temblando en pasiones
fueron sembrando mi campo baldío…

Aquellas noches de fuego no ignores
que sé muy bien, que las llevas contigo.



de Ángeles Asensio




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miércoles, 7 de marzo de 2012

AMANECER PROHIBIDO de Rosa Iglesias





LECTURA de ROSA IGLESIAS




AMANECER PROHIBIDO




Como un sol arrugado por el peso del día,
en su órbita y sin libertad ..., tú : amanecer prohibido.

No te alcanzan las luces de sus fuegos siderales,
no te colman de transparencia los inútiles vientos
que portan simientes de lucha a tu vida.
Tú, imposible cosecha de alboradas entre pájaros muertos,
con una moribunda verdad sangrándote en las plumas.

No, aún no es capaz, el hombre, de revivir lo que no ha muerto.
No puede levantar con sus manos los escombros de un derrumbe
que ni siquiera ha sido edificado en la idea.

No. Nunca nadie pasó por aqui sin haber dejado antes, labrada,
la huella tiritante de su propio miedo, la agonia de su furia
sobre esta blanca razón de infatigable desdicha.

Siendo ya , apenas , tú, la hoja que el aire sostiene
domesticada y dócil sobre su pecho,
soy yo , imbatible, el ojo que observa mudo y aterrado
la ingravidez oscilatoria de tu desnudez inquieta.

Oh ... cuánta palabra llena, convirtiéndose en hueco,
a golpe de muerte con la impermeabilidad del vacío..

...Todo ésto sin fiebre
pero con la ausencia irrefutable
de una promesa.

Bórrame



Rosa Iglesias
24 febrero 2012